A partir del anuncio de la creación del Fondo del Bicentenario, el gobierno pretende usar 6.569 millones de dólares de las reservas del Banco Central para pagar deudas en su mayoría ilegítimas y fraudulentas a bancos socios o amigos del gobierno y a la usura internacional, Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo. Además sigue la negociación con el Club de París, a través de la cual las potencias imperialistas quieren cobrar, con intereses, sus negociados con la dictadura de Videla. El pasado 1 de marzo mientras la Presidenta abría el período de sesiones en la Asamblea Legislativa, anunció el reemplazo del decreto del Bicentenario que había sido congelado por la justicia, antes que lo derogara el Congreso. Éste fue reemplazado por otros 2 decretos con el mismo objetivo. Mientras realizaba el anuncio el Banco Central ya estaba efectuando la transferencia de las reservas para pagar la deuda.
¿Por qué decimos que esta deuda es ilegítima y fraudulenta? La deuda externa ilegítima tuvo su origen en la dictadura militar de 1976-1983 y por lo tanto fue, es y será una deuda odiosa o sea nula. Una deuda contraída por un gobierno de facto que utilizó el terrorismo de estado para endeudarnos y someternos. ¿Cómo vamos a pagar la deuda contraída por la compra de armas en 1978 para una guerra fraticida con Chile?
Entre los años 78 y 80 la deuda creció de 7.800 millones de dólares a 45.000 millones, de los cuales 23.000 millones era deuda del sector privado, estatizada con la ayuda de Cavallo. Los sucesivos gobiernos constitucionales (Alfonsín, Menem, De La Rúa y los Kirchner) reconocieron y aumentaron esta deuda. En ninguna renegociación se realizó auditoría previa, ni registro de acreedores, ni se verificó la deuda reclamada.
Algunas de las consecuencias del pago son el empobrecimiento de la población y la pérdida del desarrollo tecnológico nacional generando mayor dependencia.
¿Qué gana el pueblo si se paga la deuda? Nada.
¿Qué va a perder? Las reservas, que son el producto del trabajo de millones de argentinos. ¿Qué quiere hacer la oposición? También pagar la deuda pero no con las reservas, sino con políticas de ajuste. De cualquier forma que se pague es el pueblo el que se verá perjudicado. En el presupuesto 2010, aprobado por el Congreso el año pasado, un 10% es para pagar los servicios de la deuda, 5,7% para educación, 5,3% para desarrollo social y 2,1% para salud. Peor aún es el hecho de que el presupuesto en salud está recortado en un 2,1% respecto del asignado en el 2009 y el de educación recortado un 0,2%. Pero nunca se recorta a lo asignado para pagar deuda.
¿Qué pasa si no pagamos? Tras 18 años de investigación llevada a la Justicia por Alejandro Olmos, el Juez Jorge Ballesteros dictó su fallo en el cual se establece el carácter ilícito y fraudulento de la deuda y en el año 2000 este Juez envió esta investigación al Parlamento, donde duerme en algún cajón, donde fue y sigue siendo ignorada por la gran mayoría de los legisladores, salvo contadas excepciones. Ante la crisis del 2001 se declaró el default y la Argentina no se cayó del mundo, tampoco nos declararon la guerra, y pudieron usarse los recursos para salir de la crisis. Así se pudieron crear 2 millones de planes sociales, se pesificaron las deudas de los chacareros, entre otras medidas.
Ecuador investigó y repudió parte de su deuda. Solo pagó el 30% de lo exigido y los acreedores tuvieron que aceptarlo. Luego de la ocupación a Irak, en el 2003 los yanquis aplicaron el concepto de deuda odiosa (basado en que las deudas otorgadas a tiranías deben considerarse ilegítimas) para no pagar la deuda de ese país.
¿Qué debemos hacer? No utilizar las reservas para pagar deudas ilegítimas y fraudulentas, y así generar trabajo y producción nacional. El gobierno dice que hay 17.000 millones de dólares de reservas de libre disponibilidad, significa que hay plata para que ante la crisis y las necesidades que está sufriendo el pueblo argentino, se puedan aumentar las jubilaciones, llevar los sueldos docentes y de los estatales a la canasta familiar, garantizar los fondos para sacar de la crisis a la salud y educación, otorgar tierras y subsidios a la pequeña y mediana producción agraria y a las Pymes, etc.
Por todo esto las mujeres debemos tomar en nuestras manos este reclamo y salir a luchar por una segunda y definitiva independencia de la Argentina.
Exigimos la suspensión del pago de la deuda externa hasta que se respondan las siguientes preguntas: ¿Realmente debemos? Y de ser así: ¿A quién debemos? ¿Cuánto debemos? ¿Qué comisiones se pagaron? ¿Dónde fueron los fondos?
La verdadera deuda es con el pueblo. No con los bancos ni organismos financieros internacionales.
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