La organización en talleres permite la más amplia y democrática participación de todas. En ellos nadie, por ninguna razón, tiene la palabra por encima de las otras. Las mujeres participan por sí mismas, no como representantes de alguna organización.
Llegadas de todo el país, obreras, estudiantes, desocupadas, docentes, amas de casa, profesionales, científicas, productoras agrarias, pastoras y obreras rurales, jóvenes y de la tercera edad, feministas y militantes políticas... las mujeres debatimos en los talleres con la multiplicidad y variedad que dan nuestra procedencia, nuestras experiencias y nuestras ideas. Debatimos los temas específicos de nuestro género y los que tienen que ver con la realidad social y política que perpetúa nuestra opresión. Y sacamos conclusiones.
En los talleres no se vota: a las conclusiones se llega por consenso, y todas las opiniones quedan registradas. Surgidas del debate real de las participantes, las conclusiones son propias de cada taller, y no del conjunto del Encuentro.
Horizontalidad, democracia y consenso en los talleres están entre las características que permitieron llegar a estos 24 años.
(Información perteneciente al Boletín Nº1, setiembre 2009)
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